26 diciembre 2007

Santa Maradona



Maradona cada día me cae mejor. Y mira que me caía mal, el hijo puta. Cuando era futbolista representaba lo peor del deporte a mi modo de ver. Era uno de los jugadores más tramposos, del deporte del tramposo.
Pero ahora, se ve que el dedicarse sólo a las drogas festivas y olvidarse de las dopantes, le ha entrado la cordura (además de la gordura), y va por el mundo dando lecciones de justicia.
Y lo digo totalmente en serio. Todos sabemos que las cosas no van a cambiar: los que mandan en los países que más mandan no lo van a permitir, pero siempre está bien que haya una cierta minoría tocacojones en el mundo.
Y en eso se ha convertido Maradona.
Ahora nos sale con que quiere conocer a Ahmadineyad, el presidente de Irán.
Pues me parece cojonudo. Aquí viene un subnormal, a meternos..., perdón, meterles la misma bola (algunos no lo creímos nunca) que les metió con Irak para enriquecer un poco más a sus amigos los fabricantes de armas, suministradores del ejército y reconstructores de países, y va la gente, y traga.
Ya tenemos un nuevo enemigo. Y claro, como va el colega y le falta tiempo para juntarse con el resto del eje del mal, pues ya es un terrorista culo de aspirina.
Pues no. Por ahí no pasamos. Maradona está de su parte.
Y yo también.
Pero volvamos a Maradona.
Esa forma de saberse admirado cuando apenas puede arrastrar su cuerpo tras de sí. Esos tatuajes del Ché y de Castro.
Ese fumar puros habanos.
Siempre hemos sabido que si se hubiera presentado a unas elecciones en su país hace unos años, las habría ganado de calle.
Fijo que ahora, que se mete en política, no le dejarían ganarlas. La derecha es muy poderosa en todas partes.
En fin, que me cae bien Maradona.

2 comentarios:

Sukaldari dijo...

Lei hace poco que se quiere hacer un tatuaje de Chaves!

Jajajaj!!

Un jefe, si señor!

Anónimo dijo...

Maradona es lo peor, no os dejeis engañar que es un vicioso