04 enero 2008

Cuerpos (?) y Fuerzas (?) de seguridad (?) del estado



Ya sabemos que podemos considerarnos unos privilegiados, porque nuestro querido ministerio del interior nos manda a nuestras tierras a los maderos más altos, guapos y eficientes de cuantos dispone en el reino.

Lo que yo no sabía es que los que quedan para el resto del país son la lacra del cuerpo y una vergüenza para sus antecesores familiares (en su mayoría también maderos y picoletos).

Digo esto porque resulta que ayer, en Oviedo, y después de la murga y que están dando con el puto canon, los derechos de autor, la copia privada y la madre que la parió, resulta que un madero pilla a un negrico vendiendo bolsos de marca de dudosa autenticidad, en pleno centro de la capital asturiana.

Al parecer, el madero, haciendo gala de la gran instrucción que recibió en sus años en la academia, golpeó y zarandeó al negrico, mientras le recriminaba su actitud y le requisaba la mercancía.

Hasta aquí, nada raro. Pero resulta que los ovetenses, para lo que quieren claro, son muy solidarios y acogedores; y ahí los tenéis recriminando al poli que se está ensañando con el contrabandista, que si deberían ir a por otros, que si este es un pobre hombre, y tal y tal.

El caso es que tal sería el cariz que estaban tomando los acontecimientos, que nuestro hombre de la ley, decide devolverle la mercancía al negrico, y dejarle ir.

Al poco tiempo se personaron allí un par de patrullas de la poli, sin mayores consecuencias.

Esto se suma a que hace más bien poco, la policía nacional destinada en Córdoba, hacía llegar al ministerio su preocupación por la irrefrenable pérdida de respeto que la ciudadanía tenía hacia ellos, que llegaba a los extremos de hacerles pintadas en los coches patrulla, cuando ellos están dentro.

Algo antes en Sevilla, durante un desalojo de unos okupas, un policía al ir a golpear a un joven con su porra, falló el golpe con el resultado de dislocación de hombro y ridícula caída al suelo, grabada por las cámaras de televisión.

¿Os imagináis que por ejemplo aquí, mientras un joven pega un cartel en la pared, acto que no hace daño a nadie, un madero le fuese a detener, y lo dejara pasar por que se lo recrimine la gente que pasa por ahí?

Seguro que el resultado sería muy distinto.

3 comentarios:

Sukaldari dijo...

Jajaja!!

Yo siempre que veo imagenes como las que comentas, me muero de risa.

Hace unos días, salia como el alcalde de Salamanca subia los impuestos (lo menos un 30 %). Un grupo de vecinos decidieron meterse al ayuntamiento mientras se celebraba el pleno.

Cuando la policia municipal fue a desalojarlos, casi les dan de ostias (a los munipas). Yo me imaginaba la misma situación en pamplona. Primero vienen los antidisturbios de todos los colores, azules, rojos y munipas con porra en mano y pasamontañas. Y segundo les dan una somanta de ostias que se acuerdan de por vida.

¡Me encanta pamplona!

Anónimo dijo...

Por lo que veo, Casto López Armada, su blog, aunque difiere mucho, por no decir, totalmente, de mis ideas políticas no llega al nivel de inmundicia del panfleto terrorista de tu camarada Antitodo.
Por ello, felicitarle por su cometido y manifestarle que si el tiempo me lo permite le visitaré de vez en vez. Es de agradecer que personas con una curiosa moral reflexionen sobre temas de actualidad sin llegar al insulto y a la descalificación. La ironía y la acidez de sus comentarios (reconozco que algunos me molestan un poco)apuntan y destrozan pero dentro de una legalidad o moralidad dialéctica.
Una vez dicho esto, le puedo decir por experiencia personal que la gran parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, tanto en la Comunidad Foral de Navarra como en Andalucía o Vascongadas, son personas decentes, profesionales que trabajan para el bien común, con un amor a España y a sus ciudadanos que los convierten en un motivo de orgullo para todos nosotros. Eso sí, granujas e hijos de perra, los hay en todos los lados, jejeje.
Por último, aunque se refiere a un artículo anterior, comentarle que aunque con matices, faraónicos matices, el tardofranquismo fue una época plácida para gran parte de las familias españolas(aquellas no metidas en política). Esto no justifica la dictadura, creeme, sufrí las consecuencias, pero, al menos, nos libró de caer en las garras del comunismo totalitario. Todos los que luchamos contra la dictadura desde la derecha hasta la izquierda, con mayor intensidad o menor presencia, buscábamos lo que al final conseguimos: democracia.

Muchas gracias y hasta pronto

Anónimo dijo...

Anónimo:
Probablemente estemos de acuerdo, en que parte (lo de "gran parte" ya es más subjetivo) de los cuerpos de seguridad son personas decentes. En mi experiencia personal, y le aseguro que nunca he sido un agitador ni he hecho nada reprobable, sólo me he encontrado con la otra parte.
Aun así, seguro que hay gente decente e hijos de perra, como usted dice.
Lo que sucede es que usted, a los decentes, les otorga una trascendencia que en mi opinión no tienen. Para mi, los decentes son aquellos que, jodidos porque no han encontrado un trabajo mejor, no les ha quedado más remedio que ser policías o peor (ahora hablo de su situación laboral, no de su carácter) guardias civiles. Éstos hacen su trabajo como lo que es, un trabajo, con mayor o menor honradez, pero sin creerse el cuento de los defensores de la moral, la unidad nacional, etc.
Los otros, los que se meten a policía porque ya su abuelo lo era, o los que buscan servir a sus ideales, son los que me dan más miedo, porque en cualquier momento pueden pensar que sus ideales exigen un mayor "celo" en su trabajo, y así se llega a ciertos episodios que no vamos a empezar a enumerar.
En cuanto a lo del tardofranquismo, también estoy de acuerdo en lo de los faraónicos matices. También en los algodonales de Louisiana había familias de esclavos que vivían plácidamente, y también había blancos que honestamente, creían que estaban haciendo un favor a los negros, al facilitarles un techo y una comida diaria.
Por último, a mi modo de ver, luchar contra la dictadura no consiste en esperar "plácidamente" a que el caudillo muera, y si suena la flauta y no nos imponen a otro, abrazar la democracia, que insisto, creo que es de bajísimo nivel en españa.