14 febrero 2008

Tirano Saurio



20 minutos

A Manuel Fraga y Rodolfo Martín Villa les acechan aún los fantasmas del pasado por sus responsabilidades políticas sin depurar durante la Dictadura y los meses siguientes a la muerte de Franco. Ayer, la comisión especial del Parlamento vasco que investiga la muerte de cinco trabajadores por disparos de la Policía, el 3 de marzo de 1976, en Vitoria, aprobó por unanimidad pedir la comparecencia de ambos afines al Generalísimo para que den su testimonio de lo ocurrido aquel fatídico día.

Todos los grupos, excepto el PP (claro), acordaron solicitar la comparecencia de Fraga, entonces ministro de Gobernación, y de Martín Villa, ex ministro de Sindicatos, dentro de una lista de 14 personas entre las que figura también el ex ministro de Presidencia Alfonso Osorio.

En enero, unos 6.000 trabajadores habían iniciado una huelga contra del decreto de topes salariales y en defensa de mejores condiciones de trabajo, y aquel día el paro era total. A las cinco de la tarde estaba convocada una asamblea general en el lugar de costumbre, la iglesia de Zaramaga. Pero, en aquella ocasión, la Policía no estaba por la labor. Al menos, eso cabe deducir de una conversación grabada entre un mando y un agente que aún se conserva.
"Haga lo que le había dicho"...
"­Si me marcho de aquí, se me van a escapar de la iglesia"...
­"Oye, no interesa que se vayan de ahí"...
"Mándenos refuerzos, si no, no hacemos nada; si no, nos marchamos de aquí; si no, vamos a tener que emplear las armas de fuego".
Y así fue.

La Policía asaltó la iglesia con 5.000 almas en su interior con gases lacrimógenos y material antidisturbio. Muchos de los congregados, presos del pánico, intentaron escapar por las salidas laterales y la puerta principal, donde les esperaban los agentes y sus disparos indiscriminados. Las balas ciegas segaron la vida de cinco personas: Pedro María Martínez Ocio, de 27 años; Francisco Aznar Clemente, de 17 años; Romualdo Barroso Chaparro, de 19 años; José Castillo, de 32 años; y Bienvenido Pereda, de 30 años. Otras cien personas cayeron heridas.
"¡Buen servicio!", dejó grabado un mando policial.
"­Dile a Salinas que hemos contribuido a la paliza más grande de la historia. ­Aquí ha habido una masacre... ­Pero, de verdad, una masacre".

Pues eso, una transición modélica; mucho.


Grabación policial 1




Grabación policial 2

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