Pues como todos sabéis, poco se innova en los sanfermines, y cuando se hace, suele ser para peor. Así que el balance es bastante parecido a los de años anteriores (al menos a los de barcina como alcaldesa). Ya sabéis, "Fiestas sí, política no", siempre que no consideremos política que nuestros mercachifles municipales tengan que aparecer en todos y cada uno de los actos, programáticos y/o tradicionales o no. Vamos, que si quieres poner una barraca para hacer política, te jodes y te aguantas, que no puedes, pero si ellos se meten de gorra al apartado (aunque no tengan ni puta idea de lo que es ni para que sirve), no se te ocurra intentar oler toro.
A todo esto, ¿Cuándo dejó nuestra primera edila de presidir el festejo del día del patrón vestida de roncalesa, como mandaba la tradición hasta que llegó ella? ¿Lo ha hecho alguna vez?
Me llamó la atención el día siete, y gracias a dios, un día posterior se me dio la oportunidad de ver a otra concejala que sí lo vestía. En fin.
Las juergas bien, como siempre. Allá donde un bar pueda anunciarse con el lema "Buena música, buena cerveza", hay siempre diversión.
La calle, sucia como de costumbre, aunque yo destacaría la puta pocilga en que se ha convertido la Plaza del Castillo, merced a la gran idea de poner ahí los conciertos "estrella" de las fiestas. Dicen que va mucha gente a verlos, pero si echasen a los mendigos y los mexicanos de botellón, veríamos quien se traga un concierto de Luarna Lubre (¿se escribe así?).
Un tipo se cayó a los fosos de la taconera (como siempre), y se habla de una agresión sexual (aun sin confirmar), también como siempre.
Centenares de carteras robadas, detenciones, controles de alcoholemia positivos, y tal y tal. Tantas toneladas de basura recogidas, tantas personas montan y desmontan el vallado cada día, y la penita que da cuando lo quitan el día catorce, cuando aun quedan 16 horas de fiestas.
Los encierros, pues eso, todos menos dos, rápidos y limpios (y sosos). Luego está el de la muerte del chaval (porque ya sabeis que los toros tienen cuernos, y por muy buen corredor que uno sea, y muy buena organización que haya, pues a veces pillan y hacen pupita. Por eso no me veis a mi de divino, claro), y el de Miura, que nos demostró la diferencia entre un toro (suelto) y las monas que traen otras ganaderías a la otrora prestigiosa Feria del Toro.
Los fuegos artificiales, un coñazo, como siempre.
Las corridas, bien, si no fuera salvo porque en sólo dos tardes pudimos ver toros (Doña Dolores e Hijos de Don Eduardo), y el resto nos soplaron las monas que he mencionado antes. Los diestros, pues ya se sabe, ninguna sorpresa, los pegapases pegaron pases, y los lidiadores lidiaron.
Y aparte (y por encima) de todos los anteriores, estuvo en Pamplona Morante (de la Puebla del río Guadalquivir), que entre otras cosas, me hizo reconciliar en parte con el bullicioso público pamplones, por la gran ovación que le dedicaron a la salida (incluso en sol, aunque conozco a más de uno que seguro que cuando le vea, me dirá que ni se enteró). Si alguien cree que vio torear en pamplona en otro momento que no fuese a las 18:45 horas del 14 de julio, es que no sabe lo que es torear. Punto pelota.
17 julio 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
me moló lo del puro...
Reconoce que este blog es un puto fracaso que no lee nadie...
Como no se quién eres ni qué ha de tener un blog para que tú no lo consideres un fracaso, permíteme que no te haga ni puto caso.
Publicar un comentario