14 febrero 2010

La fe de los muertos

Sí, ya se que hace poco hablé de esto, pero como nadie me hace caso, lo vuelvo a decir.

Llevamos semanas oyendo estúpidas noticias de cómo los supervivientes del terremoto de Haití se aferran a la fe para superar su desgracia. Lo malo del asunto, es lo subliminal; lo que no dicen pero se queda al escuchar la noticia. Los supervivientes de los que hablan no se aferran a la fe, en el amplio sentido de la palabra. Se refieren a los que se aferran a la fe cristiana, agradecidos al vengativo dios del antiguo testamento por haberles dejado vivir (en la miseria), mientras a los paganos de la santería y el vudú se los ha llevado por delante.
Claro que habría que hacer números a ver qué dios ha ganado este envite, porque no hay que olvidar que allí, el paganismo lleva la mano y se tira faroles como nadie, y esto, por mucho que los de jehová tengan treintayunas, da mucha ventaja.
Ya dijimos aquí lo fácil que es hacer milagros en las masacres, las tragedias y entre los miserables. Cualquier cosa que no sea destrucción, muerte y putrefacción parece un milagro. El milagro había que haberlo hecho antes del terremoto. Claro que los listillos de misa diaria dirán que quizá el terremoto previsto iba a ser mayor, y dios, en su inmensa misericordia, lo rebajó para salvar a los justos. Así se demuestra que ahora los justos tengan tanta fe.
Por desgracia, como siempre, los muertos no nos dirán qué tal andan ellos de fe, ni a qué dios le rezaban o le sacrificaban gallinas o corderos o vírgenes de dorados cabellos. Y eso que son precisamente ellos, los muertos, los que podrían aclararnos el asunto.


En las fotos, rituales vudú.








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