17 diciembre 2007

Yanadi Kondaiah



Yanadi Kondaiah. Así se llama un sujeto de 80 años, indio (de las indias orientales), que afirma que su pierna tiene poderes mágicos. O mejor dicho, tenía, ya que, recientemente, otros sujetos, se la han cortado a machetazos.
Al parecer los habitantes de la zona donde vive el bueno de Yamadi, creían que este hindú tenía poderes curativos y clarividencia, y que éstos eran debidos a su pierna mágica.
Pues bien, dos tipos acudieron a él hace varios días solicitando consejo médico. Él se lo dio y parece que se fueron satisfechos. A los pocos días volvieron, supuestamente para agradecerle sus servicios. Por lo visto, y según informa la policía local, el anciano tiene cierta debilidad por la bebida, así que los agradecidos clientes lo emborracharon, y se lo llevaron a una zona deshabitada, donde, y tras quedar Yanadi inconsciente, le cortaron la pierna de manera brutal, para llevársela consigo.
Unos vecinos lo encontraron, horas después, en estado lamentable (no se cómo no palmó, pero bueno).
La policía sigue buscando la pierna, pero yo se dónde está (la culpa es del IPC).

2 comentarios:

Sukaldari dijo...

Jajajaja!!

La pata de jamón si que tiene poderes curativos!! Y si a esto le sumas un poquito de queso y un vinorro... ni te cuento!!

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Pues el sábado, al final no cenamos en la parrilla y nos desplazamos a un chino...

Pasamos a las 12 o asi por delante de su trabajo, y estuvimos saludándole efusivamente, pero usted concentrado en el papeleo no nos vio (incluso hice un amago de calvo, que las camaras de seguridad me reprimieron).

En ese momento no le avise por teléfono, pues parecia ocupado, y no queriamos molestarle...

Más tarde, con el agotamiento del viernes y parte del sábado, me desplace como saco de mierda a reposar en el colchon de mi casa.

El viernes sufri un ataque interestelar de cucarachas gigantes que hacian peligrar la sociedad que actualmente conocemos. Menos mal que en el transcurso de la noche, descubri que estas eran alergicas al alcohol, con lo que decidi, llenarme de este repugnante liquido para salvar a la humanidad. Como le digo, me acuerdo de todo.

Anónimo dijo...

Sí, me suena que eso le pasó alguna vez también al zorro escandinavo.
Pues hombre, haber llamado, tampoco estaría tan ocupado.