¿Quién no se enamoró del paisaje africano al ver memorias de África?
¿Quién no ha sentido la adrenalina fluir por sus poros cuando Indiana Jones huía de morir aplastado en los estrechos pasadizos de una antigua mina abandonada?
La próxima aventura, está en el congo. Al parecer la policía de Kinshasha ha detenido a trece personas por utilizar la magia negra para hacer desaparecer o encoger el pene a sus víctimas.
En los noticiarios locales se advierte de que hay que tener cuidado al utilizar los taxis comunales (supongo que compartidos). Por lo visto, ahí es donde estos brujos establecen contacto con sus víctimas, y al menor roce con la parte masculina en cuestión, hacen que el pene del sujeto se retraiga hasta tamaños minúsculos o incluso llegue a desaparecer.
Hay que tener en cuenta que hace diez años, en Ghana, sucedieron hechos similares a los aquí relatados y doce sospechosos fueron salvajemente asesinados.
Da lo mismo si es real o no. Lo cierto es que el pánico ha cundido, y ya no hay quien se monte tranquilo en un taxi.
En realidad, aquí pasa algo parecido, pero con los testículos: se nos encogen sólo de oir los precios de los taxis.
¿Cuantos detenidos dices que hubo?
Trece.
Pues estira a ver si me crece.
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